El cuentacuentos (Vol. 1)

Carmelita era una niña, traviesa, juguetona y cochinota. Un día, caminando por los manglares que hay junto a su poblado chabolista, se encontró un ornitorrinco.

Al principio lo utilizó como pareja estable de su muñeca Pepita (en realidad era una Pepona con bulimia). Tras comentarle Pepita las increibles relaciones sexuales que mantenía noche tras noche con el ornitorrinco decidió pegarle una patada a la puta muñeca, meterla en un saco y enterrarla en el jardin de su casa.
Acto seguido, maniató y violó al pobre animalico hora tras hora, día tras día... A los 6 dias de ser mancillado por primera vez, el ornitorrinco entró en una disfuncion erectil... Dicho problema sexual se debía a que añoraba a Pepita... Carmelita, a diferencia de Pepita, tenía un portaviones por vagina y no le provocaba placer alguno.

Al notar Carmelita que el ornitorrinco no le daba todo el placer que el cuerpo le pedía, lo abrió en canal y se lo dio a su madre para que hiciera madejas (salieron muy ricas por cierto)
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Conclusion: las bulímicas tienen sus ventajas.




Ornitorrinco momentos antes de ser cruelmente asesinado.


*Colaboración a cargo de un carpincho manipulador