El sábado pasado, deambulabamos por la calle a las 7 am, cuando un componente del grupo propuso (muy acertadamente, por cierto) un viaje rutinario hacia las instalaciones de la Expo. Claramente todos aceptamos de buen grado y pusimos rumbo a dicho recinto.
Recorrido realizado
De camino a nuestro destino hicimos acoplo de provisiones en una tienda cuyo dueño oriental intentó estafarnos (sin conseguirlo, claro). A grandes rasgos la muestra parecía entretenida en lo que pudimos alcanzar a ver desde fuera de las vayas. Particularmente me gustó el pabellón ugandés, cuya fachada formaba una especie de olas con el viento.
Ni que decir tiene que había muchas cosas a medias. Cuadros eléctricos tirados en las aceras, empalmes al aire libre a espensas de hacer la zanja y soterrar los tubos, maquinaria de construcción por el recinto... Si vais a ir a verla, os aconsejo esperaros un poco para darles tiempo a terminar con todos los pequeños detalles.
Hice un reportaje fotográfico, de mala calidad, el cual paso a mostraros.